No queremos futbolistas grises que sólo den patadas al balón. Queremos personas, niños sanos que se desarrollen en cuerpo y alma.
En los entrenamientos, una parte fundamental es el juego: nuestros niños juegan; no saben lo que es dar vueltas al campo, no trabajamos con adultos en miniatura. Juegan, rifan para ver quién se la queda, resuelven pequeñas disputas con "piedra, papel o tijera". Y el entrenador, que pudiera parecer que todo lo sabe, aprende algo nuevo de ellos cada día. Pero esa es ya otra cuestión.
Para desarrollar el alma, se les propone, de forma voluntaria, un concurso de cuentos. Echar la imaginación a volar, entrar en un mundo donde todo es posible; donde no sólo importan las palabras que utilizan para expresarse, ya que es una mínima parte de lo que ellos están imaginando.
El concurso funcionará así:
Colgaremos los cuentos de cada niño aquí de forma anónima; cuando tengamos los cuentos de todos los que decidan participar, los leeremos todos juntos. Tras eso, votaremos el que más nos haya gustado, descubriremos su autor y se llevará un pequeño premio.
El tema es "El balón mágico".
Ahora, es tiempo de imaginar y meternos en la piel de los peques mientras leemos.
(Se ha procedido a la corrección original en algunas partes para no desviar la atención de los lectores)
Érase una vez un niño que tenía un balón, no un balón cualquiera, un balón mágico. El niño, como el balón concedía deseos, sólo pedía deseos para él y no se los concedía porque era un balón mágico solidario. Pasó un tiempo y su amigo se puso malo, entonces, el niño le pidió al balón que se cure y se lo concedió. El niño aprendió a que no tiene que pedir sólo cosas para él y aprendió a ser solidario.
Había una vez un niño que jugaba al fútbol. Y ganó una copa para él y luego se fue a casa con la copa y la dejo en la sala y jugó otro partido y se llevó un balón de oro.
Y se llamaba Pablo y el balón era mágico y un día jugaron un partido con el balón mágico y Pablo metió 10 goles y se llevó el balón y quedaron 1ºs en la liga por Pablo. Y un día perdieron y a la vuelta ganaron una copa para todo el equipo.
Había una vez un futbolista que jugaba a fútbol desde muy pequeño. El niño era un ganador y como siempre ganaba no estaba acostumbrado a perder. Ganaba muchos trofeos, todos le querían.
El futbolista se llamaba Sergio Birtis y como tenía muchos amigos que se querían apuntar a fútbol decidió pedírselo al entrenador que se llamaba Birjio Mirtis. Él le dijo que sí. Pero Sergio le dijo: sácame sólo a mi en los partidos. Birjio lo aceptó, Sergio Birtis les llamó para que vengan.
El primer partido lo hizo solamente Sergio, pero Pirtin Retos protestó. El siguiente partido todos participaron pero Sergio Birtis protestó.
Rito el ratón, mientras jugaban en el partido estaba comiendo espinacas. Mientras los futbolistas estaban entretenidos, los del equipo Legmis metieron un gol. Como esa era la final, perdieron.
Entonces ganó el equipo Legmis un balón mágico. Sergio Birtis se dio cuenta de que lo importante no es ganar, sino participar y pasárselo bien. Entonces, Sergio Birtis pidió perdón a sus compañeros.
Sergio se dio cuenta de que Birgio Mirtis, el entrenador, estaba hechizado por Murtis Pistin. Sergio le dio un buen corazón. Birjio Mirtis se quedó alucinado: "¡El balón mágico! Uauu..." El balón mágico era lo que siempre había soñado. Y le dijo a todo el equipo: "¡Gracias!"
Esto es un chico que siempre jugaba con su balón, y un día se le rompió. El niño lloró porque el balón era casi como su mejor amigo. Pero cuando cayó una lágrima en el balón se le arregló y se hizo mágico. Entonces cuando el niño jugaba partidos siempre que chutaba metía gol.
Hace mucho tiempo, unos jugadores encontraron un balón mágico. Entonces empezaron a jugar los partidos y siempre se metía en la portería contraria. Entonces, tenían que jugar contra Argentina en la final. Entonces fueron y se les olvidó coger el balón mágico. Los argentinos fueron a saludarles y no estaban y entonces encontraron el balón mágico y lo destruyeron y cuando se acordaron del balón, fueron para allá: estaba roto. Entonces no sabían que hacer y cogieron otro balón y no podían ganar. Se acabó la primera parte y cuando fueron al vestuario el balón ya no estaba roto y les ganaban 1 a 0. Empezó la segunda parte y al final ganaron el partido gracias al balón mágico.
Koldo
Había una vez un niño que jugaba al fútbol. Y ganó una copa para él y luego se fue a casa con la copa y la dejo en la sala y jugó otro partido y se llevó un balón de oro.
Y se llamaba Pablo y el balón era mágico y un día jugaron un partido con el balón mágico y Pablo metió 10 goles y se llevó el balón y quedaron 1ºs en la liga por Pablo. Y un día perdieron y a la vuelta ganaron una copa para todo el equipo.
Gaizka
Había una vez un futbolista que jugaba a fútbol desde muy pequeño. El niño era un ganador y como siempre ganaba no estaba acostumbrado a perder. Ganaba muchos trofeos, todos le querían.
El futbolista se llamaba Sergio Birtis y como tenía muchos amigos que se querían apuntar a fútbol decidió pedírselo al entrenador que se llamaba Birjio Mirtis. Él le dijo que sí. Pero Sergio le dijo: sácame sólo a mi en los partidos. Birjio lo aceptó, Sergio Birtis les llamó para que vengan.
El primer partido lo hizo solamente Sergio, pero Pirtin Retos protestó. El siguiente partido todos participaron pero Sergio Birtis protestó.
Rito el ratón, mientras jugaban en el partido estaba comiendo espinacas. Mientras los futbolistas estaban entretenidos, los del equipo Legmis metieron un gol. Como esa era la final, perdieron.
Entonces ganó el equipo Legmis un balón mágico. Sergio Birtis se dio cuenta de que lo importante no es ganar, sino participar y pasárselo bien. Entonces, Sergio Birtis pidió perdón a sus compañeros.
Sergio se dio cuenta de que Birgio Mirtis, el entrenador, estaba hechizado por Murtis Pistin. Sergio le dio un buen corazón. Birjio Mirtis se quedó alucinado: "¡El balón mágico! Uauu..." El balón mágico era lo que siempre había soñado. Y le dijo a todo el equipo: "¡Gracias!"
Naroa y Josu
Esto es un chico que siempre jugaba con su balón, y un día se le rompió. El niño lloró porque el balón era casi como su mejor amigo. Pero cuando cayó una lágrima en el balón se le arregló y se hizo mágico. Entonces cuando el niño jugaba partidos siempre que chutaba metía gol.
Ian
Hace mucho tiempo, unos jugadores encontraron un balón mágico. Entonces empezaron a jugar los partidos y siempre se metía en la portería contraria. Entonces, tenían que jugar contra Argentina en la final. Entonces fueron y se les olvidó coger el balón mágico. Los argentinos fueron a saludarles y no estaban y entonces encontraron el balón mágico y lo destruyeron y cuando se acordaron del balón, fueron para allá: estaba roto. Entonces no sabían que hacer y cogieron otro balón y no podían ganar. Se acabó la primera parte y cuando fueron al vestuario el balón ya no estaba roto y les ganaban 1 a 0. Empezó la segunda parte y al final ganaron el partido gracias al balón mágico.
Iker M.
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